jueves, 30 de enero de 2014

Encantados de que nos salpique. El trueque ex-pan/plo-sivo

 
Este post entraña un poco de nostalgia para mi porque desde pequeño he mamado ese intercambio natural entre personas cercanas con la ida y venida, en ambas direcciones, de huevos frescos, chacina, productos de la huerta o incluso turnos entre vecinos para llevarnos al colegio. Nunca requirió un libro de entradas y salidas para registrar quién aportaba más porque se hacía de buena voluntad y el propio sistema era sostenible y solidario, sin parafernalias.

No me voy a poner pejiguero con lo individualistas que nos han convertido las tecnologías (que es la parte más negativa de la "evolución") sobre todo porque gracias a ellas ahora estamos más conectados y tenemos más opciones de compartir, aunque la mayor parte de las veces el factor humano ni se huela. Literal. Nada ni nadie es perfecto, qué le vamos a hacer...

Quien me conoce, sabía que estaba tardando en hablar de trueque (voy por el segundo post, no me presionéis!). Pero no me voy a estancar en el de toda la vida. No. Como me gusta involucrar a la gente, he pensado que es un buen momento para conocer iniciativas que salpiquen a terceros. Para ello voy a hablar de un proyecto público y otro privado, y así de paso vemos que cuando se quieren hacer bien las cosas da igual el pelaje del promotor.

Vamos al lío. Empezamos metiendo en una coctelera “gestión” y “Admnistraciones Públicas”. Habrá que ponerle bastante hielo picado (ya os aviso) y aún así, probablemente, a todos nos sepa igual de amargo el trago resultante. Ya sea remontándonos a los tiempos de vacas gordas como a los actuales prados desérticos y bien segados, sacaremos esa sabia conclusión del virtuoso punto medio que como las meigas y Teruel, existe. Creedme que no me enfadaría si se corriera la voz a gestores y mandamases de Ayuntamientos y otras entidades públicas para difundir este proyecto.

La Asociación de Desarrollo Rural “Enkarterrialde” sabe de distancias equidistantes cuando hablamos de gestión y sobre todo de las necesidades reales de unos vecinos con los que lleva volcándose más de 20 años. Rurales, sí, pero conscientes de que la tecnología facilita el día a día y une mucho. Por eso se han puesto manos a la obra y han desarrollado una plataforma 2.0 para que los ayuntamientos de la comarca vizcaína de Las Encartaciones y otras poblaciones cercanas puedan intercambiar los recursos que poseen.

¿Para qué voy a comprar o alquilar un escenario, vallas o cualquier otro material que necesite para mis eventos locales si hay otro pueblo al lado que lo tiene y puede dejármelo? Pues eso. No han descubierto las Américas, pero el proyecto Udaltruke es pionero en consumo colaborativo en el extraño mundo de las administaciones públicas. En este podcast Arantza Suso, la responsable del proyecto, nos contó los detalles (desde min 12:44)

Y ahora aterrizamos en el terreno de las empresas. Si algo caracteriza a la mayoría de ellas en la actualidad es esa especie de tierras movedizas en las que se mueven por depender de los pagos de las Administraciones y de sus clientes o a sus proveedores. Cualquier relación contractual entre ellos lleva escrita una cifra más o menos larga terminada en euros, esos que pueden hacer que acabes como Artax si tardan en llegar.

La empresa www.pagamesindinero.com, más que un nombre, es una declaración de intenciones. Les encanta el trueque. Tanto que hacen de ello su modelo de negocio. Al frente de ella están dos profesionales de la comunicación con las ideas muy claras. Ellos diseñan y gestionan la web de los comercios locales y éstos les ofrecen a cambio sus productos o servicios. En la radio charlamos así de distendido con la mitad de sus fundadores (desde min 14).

¿Por qué beneficia a terceros? Pues porque gracias a este modelo los pequeños empresarios, que si tuvieran que pagar con dinero no accederían tan fácilmente a ello, obtienen visibilidad y valor de su negocio. De esta forma se coloca en el escaparate, así bonito y apetecible, al comercio local, permitiendo llegar a clientes potenciales que necesitan o prefieren un servicio más artesanal, adaptable y cercano que el auto-patrón-repetitivo de las grandes marcas o cadenas.

Vale, si esto es una iniciativa aislada poco se puede hacer. Pero como me gustan los retos, yo de momento os lo cuento para que téngais en cuenta que las cosas se pueden hacer de muchas maneras y ésta es especialmente sostenible y beneficiosa para todos.

Dos ejemplos de cómo el trueque bien entendido puede ser expansivo y con un poquito de difusión, contagioso. ;)

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